Escribo desde Leeds, Inglaterra. Y es porque he pensado que ya iba siendo hora de actualizar un poco todo esto. Es tarde, casi las dos de la mañana y supongo que fuera hace demasiado frío como para salir a fumar un cigarrillo así que prefiero quedarme aquí terminado de ver Shall We Dance? (¿Bailamos?), la versión del 2004, con Jennifer Lopez, Richard Gere y Susan Sarandon en los papeles protagonistas.
Quizás por eso me he parado a pensar en lo fácil que nos resulta a todos caer en la rutina, verdad? Y parece sencillo, pero no lo es. Nos levantamos. Un café, por favor. Quizás un cigarrillo. Y Universidad o trabajo, qué importa? Transporte público, esperas, calles concurridas. Y volver a casa. Comer. Internet. Una siesta, si tenemos suerte. Y vuelta a empezar. Estudio? más trabajo? Y luego una ducha. La cena. Internet. Y cuando quieres darte cuenta pasan de las dos de la mañana. A veces esperamos con ganas el fin de semana. Salir de fiesta. Pero suele convertirse en lo mismo. Una y otra vez. También vamos de compras. A pasear o a cenar con algunos amigos. Rutina, digo yo. Te odio. Es demasiado fácil encontrarla y casi imposible de escapar de ella. Pero, quién sabe? Quizás buscar algo que te anime. Que te haga sonreír. Que te motive, sobre todo. La pintura? Unas clases de interpretación? Aprender a cocinar? O un parlez-vous français? Sea lo que sea, todos necesitamos algo. Quizás te motive escribir en un diario. La fotografía. O el cine. Y a quién no? Que no todo sea vuelta a empezar. Entonces digo yo que sí, ¿no?
¿Bailamos?
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